Embarcaciones menores. Características
Desde un punto de vista tipológico, las embarcaciones menores
ofrecen una mayor variedad que los barcos de altura.
Cada litoral presenta características propias que han condicionado
la arquitectura naval local, propiciando la diversidad tipológica. La costa vasca se caracteriza por la bravura
de sus aguas y la irregularidad de sus vientos, por lo que las
condiciones de navegación no son fáciles; además, hasta
una intervención reciente en nuestros estuarios, el acceso a
la mayoría de los puertos estaba condicionado por la barra
arenosa que había que sortear peligrosamente. Estos son los
principales factores que han condicionado la morfología de
las embarcaciones vascas, dotándolas de características
únicas que las han hecho diferentes a las de otras culturas
marítimas.
Tripulaciones numerosas. El régimen de viento inconstante
que caracteriza nuestra costa ha sido el principal factor para el
de-sarrollo de la propulsión a remo en las embarcaciones vascas.
Des-plazarse hasta los caladeros sin viento favorable requería una
tri-pulación numerosa. © José Lopez
Sociedades gastronómicas. Durante el día, en espera de la
señal para salir a faenar, las tripulaciones solían convivir en el
puer-to. Cada embarcación tenía un almacén para guardar sus
enseres, en el que cocinaban y descansaban, y donde no faltaba la
barrica de sidra. Este entorno evolucionó hasta convertirse en las
socieda-des gastronómicas de la actualidad. © José Lopez
La propulsión a remo incide en la economía del esfuerzo y en
la optimización del rendimiento del mismo. Este factor ha influido
en la arquitectura de las embarcaciones menores vascas, produciendo
embarcaciones largas, estrechas, ligeras y de poco calado. © José Lopez
Plano de formas de una lancha. Miguel Antonio Mutiozabal. © José Lopez
Además de la propulsión a remo, las embarcaciones vascas
han sabido aprovechar la fuerza del viento cuando éste estaba presente.
El aparejo vélico se ha caracterizado tradicionalmente por
estar compuesto de trinquete y mayor con velas al tercio. © José Lopez
Para poder sortear la barra las embarcaciones vascas se caracterizaban
por su escaso calado. Además de buenas embarcaciones,
esta peligrosa maniobra requería tripulaciones experimentadas. © José Lopez
La navegación a vela en estas embarcaciones, concebidas
pa-ra la propulsión a remo, requiere habilidad por parte de las
tripulaciones. Las proporciones finas y el escaso calado de la
embarcación favorecen la velocidad, en detrimento de la estabilidad.
El riesgo de zozobra es compensado por la pericia de la tripulación. © José Lopez