Cascos de acero
En los astilleros del Nervión la construcción de barcos de
ace-ro empezó a desarrollarse a finales del XIX. Este sector
indus-trial se ha desarrollado hasta la actualidad, especializándose
en la construcción de grandes mercantes.
A finales de la segunda década del siglo XX, algunos astilleros
guipuzcoanos comenzaron a construir cascos de ace-ro
en Zumaia y Pasaia, especialmente con el objeto de equipar
a la flota pesquera. La experiencia adquirida por mu-chos
pequeños talleres dedicados a la reparación e instalación de
máquinas de vapor fue determinante a la hora de afrontar el
reto de construir los barcos en acero.
Hasta la guerra civil, la construcción en acero convivió con
la de madera; pero, la escasez de materias primas sufrida a
lo largo de la posguerra provocó el retorno a la construcción
naval en madera de las unidades de pesca. En Gipuzkoa, los
astilleros de Pasaia y Zumaia han continuado la construcción
y reparación de barcos de acero hasta la actualidad,
aunque siempre condicionados por las dificultades del sector.
El bacaladero Gipuzkoa, como bou artillado. © José Lopez
Bacaladero Mistral de la empresa Pysbe de Pasaia, construido
en 1929. El mismo bacaladero utilizado como bou, fue artillado
sirviendo a la Marina Auxiliar de Euskadi durante la guerra civil y
su nombre fue cambiado por el de Gipuzkoa. © José Lopez
Buque mercante “Lolita Artaza”, construido a finales del XIX
en Inglaterra y adquirido por la Naviera Artaza, de Pasaia. © José Lopez
La soldadura consiste en la unión de dos piezas metálicas
mediante fusión. La soldadura ya era practicada en los talleres
vascos de mecánica naval en los años 20, aunque su uso tardó en
generalizarse; las dificultades técnicas de este procedimiento fueron
superadas en las siguientes décadas. A mediados del siglo XX
la soldadura había sustituido completamente al remachado; además
de ser silenciosa, esta técnica es más rápida, más barata y
pro-porciona uniones más ligeras que el remachado. © José Lopez
Inicialmente, los barcos de acero se construían solapando
planchas de acero que eran unidas entre sí mediante remaches. Un
remache es un perno metálico que se inserta incandescente en
agujeros previamente practicados en las piezas a unir. Posteriormente,
mientras un operario presiona por la parte de la cabeza del
remache, su compañero en el lado opuesto expande el otro extremo.
El remache, al enfriarse, se contrae apretando aún más las
planchas. Al principio los remaches se hacían manualmente, empleando
mazas. Más tarde se emplearon martillos percutores hidráulicos,
neumáticos o de vapor. Esta actividad se caracterizaba
por el intenso ruido producido, que causaba problemas auditivos
a los operarios y molestias al vecindario. © José Lopez
Draga Jaizkibel. Los primeros barcos de acero se construyeron
empleando la técnica del remachado, profusamente empleada ya
en la construcción de máquinas de vapor. La draga Jaizkibel, construida
en el astillero Euskalduna de Bilbao en 1933, fue declarada
Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento, por la
Jun-ta de Patrimonio del Gobierno Vasco en 1992. Es el único ejemplar
construido en el País Vasco mediante remaches que queda en
Gipuzkoa. Se dedicó al dragado del puerto de Pasaia hasta 1984. © José Lopez
Vapor Rezola, carguero de la empresa de cementos de Añorga.
En los años 50 se le podía ver atracado en el puerto de San
Sebastián. © José Lopez