Interminable postguerra
Todo lo que de positivo para la normalización de la cultura y la lengua vasca se había iniciado desde el final del siglo XIX, quedó truncado a raíz del levantamiento militar fascista de 1936. Muchos agentes culturales perdieron la vida y otros tuvieron que tomar el camino del exilio: se calcula que desde Euskal Herria salieron más de 150.000 personas. El euskera se prohibió y su uso se multó, se quemaron libros y su persecución en la enseñanza, que ya se remontaba a épocas anteriores, se intensificó. Esta situación se prolongó con intensidad durante algo más de una década, y sus efectos han contribuido a que el desarrollo del uso social del euskera sufriera un retroceso sin precedentes.
223. En plena la guerra civil, el Gobierno Vasco se vio obligado a
iniciar un largo exilio. Hasta 1941 se mantuvo en París, trasladándose
entonces a Nueva York. En 1946 regresa a Francia, promoviendo
la Liga Internacional de Amigos de los Vascos, que llega a
reunir 50.000 adhesiones. Defendió la idea de una Europa de los
Pueblos unida y federada hasta que, en 1951, el Gobierno francés
que presidía el socialista Vincent Auriol, confisca sus oficinas de
París, y las entrega a los representantes franquistas. 224. El batallón Gernika entra en Burdeos tras la liberación de la
ciudad en 1945. Disuelto el Ejército Vasco, sus hombres se habían
encuadrado en el ejército de la Francia libre, y desfilaban bajo la
ikurriña del desaparecido batallón Saseta del Euzko Gudarostea. 225. Gudari al final de la Segunda Guerra Mundial. Tal y como había
sucedido al finalizar la guerra española en 1939, muchos combatientes
vascos alistados en las filas del ejército de la Francia libre
hubieron de emprender el exilio. Todo el continente americano fue
un lugar de acogida para esta nueva etapa de la diáspora vasca. 226. Euzko-Gogoa (1949-1959). Desde Guatemala, el escritor exiliado
Jokin Zaitegi puso en marcha esta revista, con la colaboración de otros
dos escritores, Orixe y Andima Ibinagabeitia. Divulgaba desde textos
sobre literatura, música y lingüística, a traducciones al euskera de autores
como Sófocles, Horacio o Virgilio. A partir de 1956 se editó desde
Biarritz, y siguió contando con una larga lista de ilustres colaboradores 227. Nikolas Ormaetxea Orixe (Orexa,1888-1961). Poeta y erudito,
dedicó su vida a la cultura vasca, escribió poemas, novela, ensayos
y traducciones. Por la riqueza de su euskera y su arte narrativo,
Aitzol le encargó en 1931 la creación de la epopeya vasca Euskaldunak
(1950). Sin haberlo publicado, fue encarcelado en la guerra
y posteriormente exiliado. Desde Francia marchó a América, y regresó
a su país en 1956, cuando iniciaban también su retorno otros
intelectuales vascos. 228. Joxemiel Barandiaran (Ataun 1889-1991). Eminente etnógrafo
y antropólogo, es el auténtico padre y precursor de las investigaciones
arqueológicas y etnográficas del País Vasco. También él tuvo que
huir tras la sublevación fascista, estableciéndose desde 1942 en Sara
(Lapurdi), donde asienta su centro cultural hasta 1953, cuando regresa
a Ataun. Para entonces, su prestigio era internacional y tenía
en marcha el Instituto Vasco de Investigación Ikuska (1916), el Anuario
de Eusko-Folklore (Gasteiz 1921) y la revista Eusko-Jakintza (Bayona,1947). Murió en 1991, tras una fecunda vida en investigación
y enseñanza, e innumerables publicaciones. 229. La Guerra Civil supuso la desaparición de las ikastolas, por lo
que algunos grupos de padres organizaron clandestinamente la enseñanza
en euskera para sus hijos. En esta labor destaca como pionera
Elvira Zipitria (1906-1982), que desde 1943 impartió clases en
su propia casa de San Sebastián. En la foto, con sus alumnos. En diciembre
de 2009, la Diputación Foral de Gipuzkoa otorgó la Medalla
de Oro al colectivo de andereñoak que en la posguerra mantuvieron
la enseñanza en euskera en la difícil clandestinidad. 230. Tras la guerra, la actividad de Euskaltzaindia prácticamente
desapareció. Sólo a comienzos de los 50 Resurrección Maria de
Azkue pudo reiniciar el trabajo de la Academia, con la colaboración
de Federico Krutwig. Especialista en lenguas y erudito académico,
Krutwig (Getxo 1921-1998), trabajó incansablemente por
prestigiar la lengua vasca y defendió la necesidad de dotarla de la
cultura europea y la griega clásica. 231. El Libro negro del euskera (Ttarttalo,1998) que elaboró Joan Mari
Torrealdai, documenta desde 1730 la historia de la represión y censura
sobre el euskera, así como su especial rigor en la posguerra franquista. 232. Propaganda del régimen fascista, denostando cualquier otra lengua
que no fuera el castellano: HABLE BIEN. Sea Patriota – No sea
Bárbaro. Es de cumplido caballero, que Ud. hable nuestro idioma oficial
o sea el castellano. Es ser patriota. VIVA ESPAÑA Y LA DISCIPLINA Y
NUESTRO IDIOMA CERVANTINO. ¡¡ ARRIBA ESPAÑA!!. 233. Orson Welles. En 1955 realiza sus dos documentales sobre el
País Vasco para la televisión británica. Sus habitantes –narra Welleshablan
en la actualidad una lengua extraña, de origen desconocido
por los expertos. En la mitad del País Vasco del General Franco esta
lengua está prohibida, hablarla es una traición.