De las vasijas elaboradas en ollerías de Gipuzkoa, sólo conocíamos, con la seguridad que da el reconocimiento de las mismas por parte de los olleros, algunas procedentes de Zegama.
Hoy, además, tenemos algún conocimiento de las de la ollería de Eskoriatza, gracias a la intervención arqueológica reciente de Alfredo Moraza y Juantxo Agirre, de la Sociedad de Ciencias Aranzadi.
Del resto de vasijas que presentamos, podemos decir que algunas pueden proceder de estos talleres citados o de algunos otros guipuzcoanos. De otras que utilizadas en Gipuzkoa, llegaron de ollerías de Araba (Ixona, Erentxun, Igeleta, Uribarri Ganboa, Elosu, Galarreta, Narbaxa y más que probable de Gasteiz), y en menor cantidad de alfares de Bizkaia, Iparralde, Nafarroa y quizá de algún taller más o menos próximo a Euskal Herria.
También aparecen otras vasijas que representan o informan de vasijas semejantes o prácticamente iguales a las que fueron utilizadas en Gipuzkoa. El conjunto de todas ellas nos puede dar una cierta visión de qué entrañables cacharros, en tiempos no tan lejanos, estuvieron presentes en nuestros hogares, cofradías, conventos, ...
Asímismo aportamos una cuantas notas, de lo que hemos llegado a conocer, de algunos centros alfareros de Gipuzkoa, todos desaparecidos, y muy especialmente de los de Zegama y Eskoriatza. En este pueblo se levanta, desafiando a los tiempos, el único horno existente en Gipuzkoa, un auténtico monumento de nuestro patrimonio cultural.