44. Impactante imagen de la infraestructura hidráulica
de la Ferrería de Agorregi, ejemplo singular de un elemento con
doble antepara, obra desarrollada bajo la dirección de Francisco
de Ibero (1754).
En la actualidad quedan numerosos restos de ferrerías hidráulicas
dispersos por todo el territorio guipuzcoano, aunque es cierto que su temprana
implantación -como sucede en el Goiherri-, las especiales condiciones
de los recursos hídricos -como en el valle del Urola-, la facilidad
de aprovisionamiento o la proximidad de materias primas -minas o montes-, dan
preferencia a algunos parajes sobre otros. Sin embargo, a estos condicionantes
iniciales vendrán a sumarse otros hechos que explican la situación
de este patrimonio en la actualidad. Así, no pocas veces la reutilización
del enclave por otras industrias -como las papeleras en el caso de ferrerías
de Ibarra o Andoain-, hicieron desaparecer sus instalaciones, en beneficio
de nuevos procesos industriales.
46. Recreación del milagro de la cruz de
Mirandaola, sucedido el 3 de Mayo de 1580.
En cuanto a su número, en la primera mitad del siglo XVII López
de Isasti ofrece un primer recuento de 118 ferrerías en activo -80 mayores
y 38 menores- que ya a mediados del XVIII se habían reducido a 58 y
de las que cien años más tarde sólo sobrevivían
4. El inmovilismo provocó su decadencia y su progresivo cierre. La competencia
de los altos hornos, tecnología tradicional en Europa central y Gran
Bretaña, se reforzó con la irrupción en el mercado del
acero sueco, que puso en evidencia la baja competitividad de las ferrerías
del Cantábrico.
Lógicamente el abandono de las instalaciones generó su deterioro
y desaparición, a pesar de lo cual pueden rastrearse numerosos vestigios
de esta importante actividad en todo el territorio. De hecho, el inventario
realizado en la década de los 90 por el Gobierno Vasco, recoge 62 emplazamientos
con restos ferrones de cierta entidad en Gipuzkoa, mientras que Bizkaia reúne
60 y en Alava tan solo se cuentan 9, aunque la mayor parte de estos enclaves
se encuentran en proceso de ruina .
45. Ferrería de Agorregi
Excepcional es el conjunto Ferromolinero de Agorregi en Aia, en el que la reconstrucción
realizada por la Diputación Foral permite en la actualidad acercarnos
a uno de los más singulares ejemplos de ingeniería hidráulica
puesta al servicio de la industria tradicional del país. Aunque su actividad
se documenta ya en el siglo XVI, el complejo que hoy podemos visitar data de
1754 cuando su propietario, Joaquín de Lardizabal, encarga nuevos planos
a Francisco de Ibero. Este ingeniero guipuzcoano diseñó de una
ingeniosa solución para aprovechar al máximo los recursos hídricos,
creando hasta cinco captaciones de agua en las regatas del entorno para alimentar
los diversos canales de la ferrería. La silueta escalonada de Agorregi -dos
anteparas superpuestas-, dibuja las líneas básicas de aprovechamiento:
el primer depósito accionaba la rueda de los fuelles, y el agua se recuperaba
en el segundo para mover el martillo e incluso activar el molino que se construyó adosado
a él. Además se levantó a sus pies un segundo molino que
recogía todo el agua sobrante de las tareas ferrona y molinera y volvía
a ponerla en uso, antes de devolverla al arroyo.
47. Presa de arco-gravedad en Arditurri, Oiartzun.
Aunque existen otros casos de anteparas escalonadas en Bizkaia, y también
son frecuentes los de molinos asociados, Agorregi cuenta además con
una firma de prestigio -un miembro de la familia de los Ibero, competentes
técnicos ilustrados- y con un enclave paisajístico de excepcional
calidad ambiental, al que se añaden la recuperación y reconstrucción
rigurosas de sus elementos mecánicos.
48. Las duras condiciones de trabajo en la ferrería
obligaban a los operarios a vestir largas túnicas u "obreras" para
protegerse del calor y las chispas y cubrir sus cabezas con amplios sombreros.
Dentro de estos tratamientos institucionales debe mencionarse el caso de la
cuenca alta del Urola, donde la actuación llevada a cabo por Patricio
Echeverría sobre las ruinas de Mirandaola en los años 50, ha
promovido una creciente inquietud por la historia y la suerte de este patrimonio.
Todo ello cuaja en nuestros días en las actividades de la Fundación
Lenbur, que recupera y divulga este pasado ligado al hierro (Olazarra, Elorregi,
Brinkola, Olaberri, etc.). De hecho, la riqueza singular de restos en la cuenca
del Urola, representa un hito destacable, ya que unos 26 enclaves pueden ponerse
en relación con esta actividad, nueve de ellos en el municipio de Azpeitia,
cuya zona de Urrestilla presenta una inusual concentración de elementos.
Cabe también destacar el taller de Altzolaras goikoa (Zestoa), dependiente
del palacio del mismo nombre. Bien conservado en alzados, mantiene restos de
uno de los ejes en el túnel y la estructura en obra de la
guzuraska.
49. Vista general de la ferrería de Urdanibia,
Irún.
Es interesante el caso de la Ferrería de Olaberría, en Oiartzun,
que combinaba funciones de ferrería mayor y menor a ambos lados del
túnel, y donde la investigación ha podido determinar la presencia
de una
aize-arka o trompa para la alimentación de aire. Conserva casi
el único ejemplo identificable de horno de calcinación.
50. Casa palacio de Igartza, en Beasain, un importante
solar propietario de la ferrería y molino inmediatos.
51. Ferrería de Olaberria, Legazpi, interior
del túnel hidráulico.
Con frecuencia los ingenios del Deba, debido a su intensa industrialización
contemporánea, se han perdido, cediendo sus emplazamientos y aprovechamientos
a las actuales empresas, con lo que la nómina se ha visto irreversiblemente
mutilada. Esto da una impresión de pobreza que en absoluto refleja la
realidad histórica de la zona, una de las más intensamente dedicadas
a la metalurgia, aunque sólo ejemplares como Olazar de Eskoriatza presenten
una fisonomía reconocible, debido a la presencia del potente túnel
hidráulico con bóveda de cañón interna, que fue
reaprovechado posteriormente para una serrería y central eléctrica.
Igualmente sucede con Aurtenola en Mendaro, junto a la casa torre del mismo
nombre.
Existe por lo demás buen número de elementos interesantes donde
la presencia del túnel, sobre todo, delata enclaves que han perdido buena
parte de su identidad como ferrerías: Yarza o Igartza en Beasain, Sarikola
en Orio, Aranzate y Urdanibia en Irun, Ameraun en Andoain, Arrabiola en Segura
y un largo etcétera, hasta completar las cifras antes expresadas, si
bien no siempre el grado de conservación y expresividad de los restos
será lo bastante elocuente.