En pleno macizo de Ernio, la venta y la ermita de Iturriotz se esconden entre el hayedo y las praderías que abrigan txabolas y majadas pastoriles.
Iturriotz, "fuente fría", nació al lado de una de las más viejas calzadas de estas montañas. De su empedrado sólo nos
quedan unos pocos testimonios en las proximidades del puerto de
Andazarrate.
La venta de Iturriotz se encuentra fuertemente unida a la romería de Ernio, la montaña de las luchas de vascos y romanos, combates inspirados tal vez en la existencia de fortificaciones ruinosas en las cumbres de Mendikute y de Intxur. La venta, viejo caserío de entramado de madera, muestra en su fachada las cruces protectoras pintadas con cal, y ha guardado en su interior hasta no hace muchos años los últimos restos de una cocina de hogar central. Todavía se conserva en ese caserío la habitación donde dice la tradición que durmió San Ignacio de Loyola, en su famoso viaje de París a Azpeitia, cuando llegó sólo a lomos de una pequeña cabalgadura.
Por su posición geográfica el lugar debió tener mucha importancia hasta finales del siglo XVIII. Lope de Isasti, en su "Compendio Historial de Guipúzcoa" (año 1625) cita la anteiglesia de San Juan de Iturriotz, y este lugar aparece también destacado en un mapa editado en Amberes en 1584, así como en otro mapa, en el de Tomás López, de 1752. Larramendi, al hablar de Ernio, se refiere a la venta y a la ermita de Iturriotz, y el historiador Serapio Múgica, en la "Geografía del País Vasco Navarro", escribe: "Hernio, por la garganta de Celatun, se enlaza con el monte Gazume, al NE del cual, y en uno de los puertos naturales de aquella sierra, se encuentra la venta de Iturrioz, muy a menudo nombrada en documentos antiguos".
El mismo Gorosabel, en su "Diccionario", en el capítulo Albiztur, nos dice: "(Albiztur) tenía también por indiviso con los mismos pueblos, el de Rexil y Aya, otros montazgos en las cercanías de la ermita de San Juan Bautista de Iturrioz, erigida en terreno común de cinco pueblos (Aia, Regil, Bidania, Albiztur y Goiaz). Esta comunidad fue origen de muchas cuestiones entre ellos, tan graves algunas veces que dieron ocasión a escándalos y vías de hecho. Uno de estos casos ocurrió en el año 1544, el día de la Ascensión del Señor, en que las gentes de dichos pueblos fueron en procesión, según costumbre, a Iturrioz, con sus respectivos ayuntamientos y cabildos eclesiásticos. Ofendidos los alcaldes de Rexil y Aya de que el de Albistur hubiese entrado en los términos de la expresada ermita, Ernio y Celatun, con vara alta de justicia, le prendieron, y de aquí el motivo de un altercado serio entre vecinos de los pueblos concurrentes a la función. Resultó muerto en él Juan de Atodo, y cortado el dedo pulgar de la mano derecha a Juan Gaiztarro, ambos moradores de Albiztur.