Las fortificaciones de la última Guerra Carlista (1872-1876)
Más poderosos que los construidos durante la primera guerra carlista, los fuertes levantados por las tropas liberales durante la última guerra civil del siglo XIX se caracterizaron por emplear obra de fábrica con mayor profusión, de forma que cierto número de ellos podrían considerarse como fortificaciones permanentes o semi-permanentes, auque estaban lejos todavía de las prestaciones que ofrecían los poderosos fuertes franceses coetáneos.
94. Torreón Elatzeta (Irun).© Gorka Agirre
95. Torreón Jaizkibel III.© Gorka Agirre
Algunos eran relativamente grandes y poseían un número importante de aspilleras destinadas a la defensa próxima y notable capacidad artillera. Estaban defendidos por un foso, en algunos casos flanqueado por caponeras (baterías situadas en el foso que no sobresalían del mismo) y puente levadizo. Contaban con cuarteles, repuesto de municiones, aljibe, escusados, etc. Su número se elevaba a 46 en el noreste de Gipuzkoa, teniendo enfrentados un número también considerable de fuertes carlistas que, por lo general, eran menos sofisticados.
96. Erramuzko torrea (torreón Jaizkibel V).© Gorka Agirre
97. Guerras carlistas. Soldados en descanso.© Gorka Agirre
Parte de las fortificaciones liberales fueron levantadas a iniciativa de los Ayuntamientos; otras contaron con el asesoramiento del Cuerpo de Ingenieros militares (y en este caso los Ayuntamientos tenían derecho a la devolución de las cantidades invertidas en ellas). Otra parte fueron ejecutadas directamente por el cuerpo de Ingenieros, aunque solicitaron a los Ayuntamientos la aportación de materiales y trabajadores.
98. Fuerte de Santa Bárbara (Hernani) hacia 1930.© Indalecio Ojanguren
Los municipios gastaron a lo largo de la Guerra 984.307 pesetas en obras de fortificación y, al igual que muchos particulares perjudicados en sus intereses por las fortificaciones, tuvieron que reclamar insistentemente el pago de las cantidades que la Ley les reconocía.
99. Fuerte de Santa Bárbara en la III Guerra Carlista:
1-Torreón circular del telégrafo;
2-Acceso al torreón;
3-Batería NW;
4-Rampa de acceso a la batería NW;
5-Caponera de comunicación entre las dos obras del fuerte, en fuerte pendiente;
6-Acceso al fuerte;
7-Camastro;
8-Cuartel 1;
9-Cantina;
10-Cocina;
11-Excusados;
12-Escalera de acceso al pabellón de oficiales;
13-Almacén de víveres;
14-Batería NE;
15-Repuesto de municiones;
16-Batería SE;
17-Cuartel 2;
18-Aljibe;
19-Cuartel 3;
20-Banqueta;
21-Rampa de acceso a la batería SW;
22-Batería SW;
23-Cuerpo de guardia (sargento);
24-Cuerpo de guardia (tropa);
25-Plataforma superior aspillerada;
26-Foso.© Juan Antonio Sáez
Las tropas que defendieron la liberal San Sebastián se apoyaron durante la III Guerra carlista en tres líneas de fortificación provisional construidas apresuradamente en torno a la ciudad (las murallas habían sido derruidas en 1864). La primera, la más próxima al enemigo carlista, estuvo constituida principalmente por el torreón del Calvario y los fuertes de Hernández, Artola, Farola, Lugaritz, Puyo, Ametzagaña, Alza, Miracruz y Almirante. La segunda línea, más retrasada, la formaron el torreón del Antiguo, los fuertes de Molino de Viento y de Pintore, el torreón de Loyola y el fuerte de Concorrenea.
100. Fuertes liberales en el entorno de Donostia-San Sebastián (1876):
Cinturón aspillerado;
1-Fuertes segunda línea;
2-Fuertes primera línea;
3-Otros fuertes.© Juan Antonio Sáez
101. Fuertes liberales al este de Donostia-San Sebastián (1876):
Fuertes liberales, Torreones liberales;
Fuertes carlistas.© Juan Antonio Sáez
La tercera línea fortificada limitaba la trama urbana de la ciudad. Estuvo constituida por un muro de mampostería ordinaria convenientemente aspillerado que recibía el apoyo de varios fortines y cuerpos de guardia anexos y de las fortificaciones del monte Urgull.
102. Torreón Jaizkibel I.© Juan Antonio Sáez
103. Fortificación de campaña sobre Irun. Nótese el recubrimiento interior del parapeto de fajina (haz de ramas delgadas muy apretadas utilizadas para revestir terraplenes y otras obras de fortificación).© Gorka Agirre
También es de destacar la fortificación llevada a cabo en los cascos urbanos de otros municipios: Hernani, Irun, Tolosa, etc., caracterizadas por la formación de portales o cerramientos que cortaban transversalmente las calles mediante muros de mampostería y puertas de madera. Los muros de las huertas y las propias edificaciones, reforzadas por tambores aspillerados o pequeñas baterías de artillería, cumplían la función de improvisadas murallas de cierre.
104. La muralla de San Sebastián en la IIIª Guerra Carlista:
1-Puerta de Santa Catalina;
2-Puente nuevo de Santa Catalina;
3-Puente Viejo de madera de Santa Catalina;
4-Batería de Santa Catalina;
5-Cuerpo de Guardia de Santa Catalina para 40 hombres;
6-Muro aspillerado;
7-Puerta;
8-Muro aspillerado y foso antepuesto;
9-Puerta;
10-Caseta de madera (San Martín) para 30 hombres;
11-Puerta;
12-Gasómetro;
13-Cuerpo de guardia del gasómetro para 35 hombres;
14-Fuerte de San Bartolomé anexo al nuevo camposanto;
15-Camposanto;
16-Cuerpo de guardia para 20 hombres y puerta del camino de Hernani;
17-Camposanto viejo;
18-Cuerpo de guardia;
19-Vieja Misericordia, utilizada como cuartel para 60 hombres;
20-Cuerpo de guardia y puerta del paseo de los Baños para 56 hombres;
21-Camino viejo a Hernani;
22-Fuerte de Pintore;
23-Cuerpo de guardia del Campo de Maniobras para 54 hombres;
24-Río Urumea (cauce proyectado);
25-Marismas en desecación y proyecto de Ensanche.© Juan Antonio Sáez
105. La fortificación de Hernani durante la IIIª Guerra carlista:
1-Fuerte de Lizarraga;
2-Cañonera;
3-Batería de Santiagomendi y Antonenea;
4-Tambor (N);
5-Cañonera;
6-Batería para Astigarraga;
7-Tambor (N);
8-Batería para Orkolagagaña e Izarzagaña;
9-Fuerte Barrenechea;
10-Foso;
11-Camino cubierto a la fuente;
12-Fuerte de Paissac (P);
13-Foso del torreón de Paissac;
14-Casa consistorial;
15-Tambor de la entrada de la iglesia (M);
16-Iglesia parroquial;
17-Fuerte Bireben;
18-Fuerte de Santo Domingo;
19-Foso;
20-Hospital militar;
21-Tambor y galería (K);
A) Puerta;
R) Muros sin aspilleras;
S) Muros aspillerados;
T) Parapetos de tierra.© Juan Antonio Sáez
Al contrario de lo que ocurrió con los fuertes de la primera guerra carlista, restos importantes de algunos fuertes (Ametzagaña, Santa Bárbara, Mendizorrotz, Oriamendi, Lord John Hay, Almirante, etc) y de torreones (Jaizkibel, Elatzeta, Zubelzu, etc.) han llegado hasta nuestros días, ya que al final de la guerra fueron clasificados en función de su interés militar, permaneciendo algunos de ellos en activo o en reserva durante un cierto número de años.
106. Fuertes Carlistas (1876) frente a las fortificaciones liberales.© Juan Antonio Sáez
107. Fuerte de Konkorrenea.© Juan Antonio Sáez
108. Fuerte de Puio.© Juan Antonio Sáez
109. Fuerte del Molino de Viento.© Juan Antonio Sáez
110. Fuerte de Lugaritz.© Juan Antonio Sáez
111. Fuerte de Arramendi (Errenteria).© Juan Antonio Sáez
112. Fuerte de Ametzagaña.© Juan Antonio Sáez
113. Fuerte de la Farola, así denominado por incorporar en su recinto el antiguo faro de Igueldo.© Juan Antonio Sáez
114. Torreón de Loiola.© Juan Antonio Sáez
115. Fuerte de Pintore.© Juan Antonio Sáez
116. Fuerte del Almirante (Ulía). Restos del cuartel. Frente a este fuerte de planta cuadrada, al otro lado de la ría de Pasaia, en el monte Jaizkibel, se levanta el fuerte de Lord John Hay.© Juan Antonio Sáez
117. Fuerte de San Enrique. Situado en la cima del monte Jaizkibel (576 m), aún puede contemplarse perfectamente su planta rectangular defendida por cuatro baterías de flanqueo con planta semielíptica:
Dos dobles en el centro de cada lado mayor y dos simples en los extremos del lado mayor meridional. En primer plano la batería occidental.© Juan Antonio Sáez
118. Fuerte de Mendizorrotz (Orio). Hasta febrero de 1876 estuvo en poder de los carlistas. Frente a él se encontraban el torreón del Calvario (cercano al núcleo rural de Igueldo) y el fuerte Hernández, ambos liberales. Actualmente pueden reconocerse dos recintos concéntricos aproximadamente rectangulares. La fotografía corresponde al recinto superior.© Juan Antonio Sáez
119. Fuerte de Lord John Hay (Jaizkibel). Tiene planta aproximadamente rectangular, conservándose casi intacto el parapeto aspillerado que lo circunda.© Gorka Agirre
120. Fuerte de Ametzagaña. Tenía planta de pentágono irregular rodeado por un foso flanqueado por dos caponeras y dos semicaponeras. Está organizado en dos niveles. El superior está ocupado por la batería artillera, dotada de seis cañoneras y banquetas entre ellas (tal y como puede verse en la fotografía). En el nivel inferior se encontraba el cuartel, el repuesto de munición y otras pequeñas edificaciones. La conexión entre ambos sectores se realizaba mediante una rampa y dos escaleras.© Juan Antonio Sáez
121. Fuerte de Lord John Hay. Repuesto de munición, que todavía conserva su cubierta, los conductos de aireación y ventana de iluminación, estando aislado de la roca circundante mediante un estrecho corredor.© Gorka Agirre
122. Ruinas del fuerte de Pagogaña (Irun). Torre octogonal central.© Juan Antonio Sáez
123. Panorámica desde el monte Erlaitz sobre Pagogaña. A la derecha se contemplan las ruinas del fuerte del mismo nombre.© Juan Antonio Sáez